Desmontando 6 mitos sobre los turbos
Si eres un fan de los turbos, no te pierdas este artículo donde desmontamos 6 mitos sobre los turbos.
Mito 1: Con el punto muerto se reduce el consumo. Se encuadra, sobre todo, cuando circulamos cuestas abajo. La leyenda cuenta que si discurrimos en punto muerto, las revoluciones del coche bajan. Y por tanto, el consumo también.
Desmontando el mito: La realidad es diferente. Cuando desengranamos la marcha, el coche desaprovecha la llamada energía cinética. Y cuando esto ocurre, se activa el envío de combustible a los inyectores para que el motor no se pare y mantenerlo así en continuo movimiento. Además, tenemos que señalar que ante un obstáculo, los vehículos reaccionan mejor cuando circulamos con alguna marcha engranada.
Mito 2: Repostar combustible de marca blanca es perjudicial.
Desmontando el mito: Aunque distingamos entre combustible de calidad y combustible genérico, todos los proveedores deben cumplir unas garantías, gracias a las cuales se puede comercializar. Sí es cierto que cuando una marca es de calidad, su precio es mayor debido a que contiene más aditivos de limpieza para el motor. Pero los genéricos no representan ninguna amenaza para él.
Mito 3: Se ahorra dinero si llenamos el depósito a primera hora de la mañana. Esto se abraza a la idea de que la gasolina, al ser líquida, se expande cuando es sometida a temperaturas altas. Por lo tanto, en ese caso, repostar a una hora temprana conlleva estar a menos grados que durante el día. E hipotéticamente, podría entrar más cantidad de combustible en el depósito.
Desmontando el mito: el depósito de los coches se suele colocar de manera estratégica para que no experimente alteraciones de temperatura.
Mito 4: Consumimos menos si bajamos las ventanillas y apagamos el aire.
Desmontando el mito: Al bajar las ventanillas se aumentará la resistencia al aire y por ello, el coche necesitará más carburante para poder continuar la marcha.
Mito 5: Cargar los neumáticos con más aire.
Desmontando el mito: Es una práctica que supone un gran peligro para el coche porque si las ruedas están más infladas, se reduce la superficie de contacto con la carretera y por tanto, se pierde el agarre de las mismas.
Mito 6: El turbo del Renault 5 saltaba al reducir en curva y superar las 3.500 rpm. Por tanto, el coche salía propulsado hacia delante, hacía un recto y provocaba un accidente.
Desmontando el mito: Los turbos no saltan al reducir.
Los motores equipados con turbocompresor no son nada nuevo, llevan décadas con nosotros tanto en diésel como en gasolina. El funcionamiento grosso modo de un un turbo es sencillo. Una turbina llamada turbo recibe los gases de escape del motor. Cuando el motor genera suficientes gases de escape (causados de forma directa por el volumen de gasolina quemada) el turbo gira, comprime el aire de la admisión y lo fuerza al interior del motor. Por ello, los turbos son en ocasiones llamados sistemas de admisión forzada.
Si el turbo obliga a más aire a entrar en el motor del que entraría naturalmente (el caso de los motores atmosféricos) el motor genera más potencia y quema combustible más rápidamente. Sólo cuando aceleramos se inyecta gasolina en el interior del motor. Cuando levantamos el pie del acelerador el motor sigue girando por pura inercia, pero el turbocompresor no genera potencia alguna. Aunque el régimen suba a 5.000 rpm en una reducción, mientras no pisemos el acelerador estamos a salvo.
Los motores de carburación como los de los Renault 5 Copa Turbo siempre tienen un poco abierta la mariposa de la admisión. Técnicamente, siempre están introduciendo gasolina al interior del motor, para mantener el ralentí. Pero a los efectos de los que estamos hablando, no provocan que el turbo «salte»; su efecto es despreciable.