En Turbo3 queremos honrar a nuestro proveedor BorgWarner Turbo Systems, dedicados a la fabricación de piezas para el sector de la automoción. Es por ello que os explicams la historia y curiosidades de Las 500 millas de Indianápolis con BorgWarner. Los turbocompresores BorgWarner son de gran fama cuando nos referimos a turbos, pero la firma también presenta otros muchos componentes para vehículos de distintas categorías. También está estrechamente asociado con las 500 Millas de Indianápolis , uno de los eventos de carreras más importantes del mundo. De hecho, EL TROFEO BORGWARNER fue encargado por la compañía BorgWarner al diseñador Robert J. Hill.

Desde Turbo3 nos unimos a unas de las carreras más significativas en el mundo del automovilismo. Las 500 Millas de Indianápolis, también conocida como Indianápolis 500 o Indy 500, es una carrera de automovilismo de velocidad para monoplazas celebrada anualmente en el óvalo Indianapolis Motor Speedway localizado en Indianápolis, estado de Indiana, Estados Unidos. Es uno de los eventos de motor más antiguos existentes.

Su principal proveedor es BorgWarner que está estrechamente asociado con las 500 Millas de Indianápolis , es reconocido mundialmente por sus de componentes y piezas de la industria automotriz estadounidense, principalmente por sus productos de tren motriz, que incluyen transmisiones manuales .

El complejo automovilístico en el cual se celebra la prueba fue construido en 1909, y la primera edición de la carrera se celebró en el año 1911. En el año 2011 se conmemoró el centenario de las 500 Millas de Indianápolis, que debido a los recesos por las dos guerras mundiales fue la 95.ª edición de la carrera.

Desde 1911 hasta 1955, la carrera la fiscalizó el Comité de Competición de la AAA (Asociación Automovilística Americana), y formaba parte del Campeonato Nacional de la AAA. Después del desastre de las 24 Horas de Le Mans de 1955, la AAA dejó de organizar carreras. Tony Hulman, dueño del óvalo de Indianápolis, creó el USAC y las 500 Millas se convirtió en la prueba por excelencia del Campeonato Nacional del USAC. Asimismo, fue puntuable para el Campeonato Mundial de Fórmula 1, aunque contó con pocos pilotos de aquella.

En 1979, varios equipos fundaron la CART, que comenzó a organizar su propio campeonato de monoplazas. Años después, el USAC dejó de organizar carreras de Indy, aunque siguió fiscalizando las 500 Millas de Indianápolis, la cual se incorporó rápidamente al calendario de la CART.

Tony George, dueño de Indianápolis a principios de la década de 1990, fundó un campeonato de óvalos en 1996 llamado Indy Racing League.

Características de la carrera

Las 500 Millas de Indianápolis se celebran cada año en el Indianapolis Motor Speedway, un circuito oval de 2,5 millas que además es el recinto deportivo más grande del mundo.

 

Es la carrera más prestigiosa de la IndyCar y en ella participan 33 pilotos de inicio que se reparten en 11 líneas en la parrilla de salida. Para completar las 500 millas, los pilotos conducen durante 200 vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj. La carrera se ha celebrado tradicionalmente alrededor del Memorial Day y en 1974 se determinó que se celebraría el domingo del fin de semana que coincida con esa festividad. Los entrenamientos se celebran las dos semanas previas a la carrera.

Por cuestiones de seguridad, la carrera no se celebra en condiciones de lluvia. En caso de que llueva, la carrera se pospone hasta que deje de llover y la pista se haya secado. Si llueve durante la carrera, los jueces pueden pararla y cerrar el resultado tal y como esté la clasificación en ese momento si se han dado más de la mitad de las vueltas.

En total, se reparten alrededor de 13 millones de dólares, de los cuales alrededor de 2,5 millones son para el ganador.

El primer ganador

El verdadero ganador tendría que haber sido Ralph Mulford, fue él quien cruzó la línea de meta en la primera posición, pero por circunstancias como la imprecisión del método de medición en los tiempos y un accidente en los finales de la carrera que entorpeció la libre circulación en pista, complicaron dilucidar el resultado dando como ganador al día siguiente a Ray Harroun 30 de Mayo de 1911.

Un total de 41 conductores perdieron la vida en este acontecimiento , 18 en plena carrera y 23 en entrenamientos y clasificaciones. El primer conductor en morir fue William Bourque en el año 1909.

Relación Fórmula 1

La trascendental cita no pasó desapercibida para la Fórmula 1 en la década de 1950 formaba parte del Campeonato Mundial de Pilotos.

El trofeo Borg Warner

Es uno de los trofeos más codiciados en el mundo del deporte, que se le otorga al ganador de cada 500 Millas de Indianápolis desde 1936. La iniciativa fue realizada por la empresa BorgWarner Company un año antes y fue presentada en una cena a Eddie Rickenbacker, declarando oficialmente el trofeo como un reto de gloria y tradición para el vencedor del legendario evento.

​Fabricado en plata, la originalidad de esta obra de arte es que en su superficie están grabados todos los rostros de los ganadores desde la primera edición. Es el trofeo más antiguo en el deporte del motor, incluso Louis Mayer (el primero en recibirlo) lo comparó con la medalla Olímpica. Junto con el Trofeo Borg Warner el ganador recibe un cheque de una cantidad no muy corriente. Emerson Fittipaldi fue el primero en superar la barrera del millón de dólares en 1989. Scott Dixon, en 2008, se embolsó 2.988.055 Dólares.

A los vencedores se les entrega una réplica de 46 centímetros conocida como Baby Borg desde el año 1988. La copa original se encuentra ubicada en el museo del Circuito de Indianápolis de donde no sale.

Descúbre las 10 curiosidades sobre las 500 Millas de Indianápolis con BorgWarner

1. La victoria no se celebra con champán, sino con leche

Al ganador de las 500 Millas de Indianápolis no lo verás descorchar una botella de champán y celebrar su victoria con esta bebida. El piloto que consigue este prestigioso triunfo recibe, siguiendo la tradición, una botella de leche. Los pilotos eligen antes de la carrera que tipo de leche quieren beber: entera, desnatada o semi-desnatada, y la organización se la entrega tras alzarse con el triunfo. Esta tradición la inició en 1936 el estadounidense Louis Meyer, tres veces ganador de la Indy 500. Meyer seguía la indicación de su madre de beber leche para reponerse tras el gran esfuerzo que hacía durante las carreras.

Gran culpa del inicio de esta tradición la tuvo la repercusión en la prensa que tuvo lo que había hecho Meyer. Desde entonces la “Milk Foundation”, una organización que promocionaba los productos lácteos, luchó para que se convirtiera en costumbre. No se siguió entre 1947 y 1955, pero a partir de 1956 se alcanzó un acuerdo comercial y la celebración con leche ha sido un ritual más de esta carrera. Solo hay una excepción desde ese entonces…

2. Emerson Fittipaldi fue criticado por saltarse la tradición de celebrar con leche

El brasileño Emerson Fittipaldi es considerado uno de los mejores pilotos de la historia, tal y como confirman sus dos títulos mundiales de F1, el título de la Indycar y sus dos victorias en las 500 Millas de Indianápolis. En su segundo triunfo en esta carrera, en 1993, decidió cambiar la leche tradicional por el zumo de naranja, y no porque fuese intolerante o alérgico a la lactosa ni mucho menos. Fittipaldi poseía una plantación de naranjas en Brasil y nadie como él sabía del potencial publicitario de su victoria.

Esto no gustó nada a los aficionados presentes en Indianápolis, que abuchearon y criticaron al piloto, y éste acabó dando un sorbo a la botella de leche que también le entregaron. A pesar de ello, ha pasado a la historia como el piloto que quebrantó la tradición.

3. El invento del espejo retrovisor

El primer coche de competición que llevó un espejo retrovisor fue el Marmon Wasp, el vehículo que ganó las 500 Millas de Indianápolis en la primera edición, en 1911, con Ray Harroun al volante. Todos los coches menos este contaban con dos personas a bordo: el piloto y un mecánico que le informaba de lo que sucedía alrededor mientras competía. Harroun y el dueño de su equipo, Howard Carpenter Marmon, tras concebir un coche demasiado estrecho, acordaron sustituir al mecánico por un espejo retrovisor de 7,6 X 20,3 cm que le permitiría ver lo que pasaba tras él y competir de forma segura en el óvalo.

Hubo protestas del resto de pilotos que participaron en la carrera, porque consideraban que era peligroso no llevar a alguien que le alertara de quién podía adelantarle en un circuito con visibilidad tan reducida como es Indianápolis. Cómo no, también las hubo por la ventaja que suponía no llevar a una segunda persona en el coche. Años antes de todo esto, la piloto Dorothy Levitt publicó un libro en el que recomendaba a las mujeres que conducían llevar un espejo de mano en el coche, que les serviría para “ver hacia atrás en el tráfico”. Esto no era, sin embargo, una solución permanente como la que sí que se puso a prueba en la Indy 500 de 1911. El espejo retrovisor no fue patentado hasta 1921: lo hizo Elmer Berger, a quien se acredita como inventor del a día de hoy imprescindible dispositivo.

4. La primera mujer compitió en 1977

A lo largo de las 102 ediciones de historia de las 500 Millas de Indianápolis, un total de nueve mujeres han participado en la carrera. La primera fue la estadounidense Janet Guthrie ingeniera aeroespacial que comenzó su carrera como piloto a tiempo completo con casi 30 años. Tras un breve paso por la NASCAR, donde compitió en 33 carreras en cuatro años, se inscribió en las 500 Millas de Indianápolis de 1976.

Intentó clasificarse en este primer intento, pero no logró ser suficientemente rápida como para conseguirlo y no pudo tomar la salida. Muchos de los participantes que sí que lo lograron, todos ellos hombres, la criticaron y consideraron que no lo había conseguido por ser mujer. Uno que no le criticó fue el histórico A.J. Foyt, quien incluso le prestó su coche de repuesto para que hiciera un test. Su tiempo le habría servido para que se clasificara. “Esto hizo que muchos cambiaran su opinión sobre mí”, dijo Guthrie años más tarde.

En 1977 sí que logró clasificarse y tomar la salida en la carrera: partió 26ª y acabó 29ª. El mejor resultado que logró en sus tres participaciones en las 500 Millas de Indianápolis fue el noveno puesto de 1978. Fue el mejor resultado de una mujer en la Indy 500 hasta que lo superó Danica Patrick en 2006, cuando acabó octava. Posteriormente, en 2009, Danica fue tercera, logrando la mejor posición en meta de una piloto en el “Brickyard”.

5. Oriol Servià es el español que más veces ha competido en la Indy 500

Oriol Servià es el piloto español que más veces ha participado en las 500 Millas de Indianápolis. El piloto nacido en Pals (Girona), hizo “las Américas” a finales de los años noventa. Participó en el campeonato Indy Lights, categoría un peldaño por debajo de la Indycar, y la ganó en su segundo año allí, 1999. Un año después dio el salto al campeonato CART a tiempo completo y en 2002 intentó por primera vez clasificarse para las 500 Millas de Indianápolis, aunque no lo consiguió.
Desde 2008, Servià ha sido fijo en la Indy 500, ha participado en diez ediciones (solo faltó en 2010) y en 2012 logró un cuarto puesto como mejor resultado. En total, a lo largo de su trayectoria, ha liderado 34 vueltas en Indianápolis. 16 de ellas en 2018, cuando rozó la victoria con una estrategia agresiva, pero no fue suficiente y tuvo que parar en boxes a pocos giros del final para repostar y poder acabar la carrera.

Además de Servià, el barcelonés Fermín Vélez participó en las ediciones de 1996 y 1997, logrando un décimo puesto como mejor resultado. Antes, en 1923, Pierre de Vizcaya se convirtió en el primer español en correr en el mítico óvalo: clasificó sexto y figura duodécimo en la clasificación final de aquella carrera, aunque se vio obligado a abandonar. El último español en llegar ha sido Fernando Alonso: en 2017 realizó un magnífico debut, clasificó quinto y llegó a liderar la carrera durante 27 vueltas, aunque tuvo que abandonar por un problema de motor.

6. Su trofeo tiene grabada la cara de todos los ganadores

El trofeo de las 500 Millas de Indianápolis es otra de las peculiaridades de la carrera. El galardón mide nada más y nada menos que 163 centímetros y pesa 50 kilogramos, en conjunto con su base. Fue diseñado por la empresa especializada en componentes de automoción BorgWarner y se convirtió en el trofeo oficial de la carrera en el año 1936.

A pesar de posar junto a él en las imágenes de honor, los ganadores de las 500 Millas de Indianápolis no reciben el trofeo original, que permanece en el Museo del Indianapolis Motor Speedway. Sin embargo, desde 1988 se entrega al vencedor de la carrera una réplica, denominada “Baby Borg”, de 45 centímetros.

Una de las curiosidades sobre el “BorgWarner Trophy” es que tiene grabado el rostro de todos y cada uno de los ganadores de las 500 Millas de Indianápolis. Desde el primero, Ray Harroun, hasta el último, Will Power.

7. Si llueve se para la carrera

El factor climatológico es importante en cualquier competición automovilística. Cambia las condiciones del asfalto, exige lo mejor de la habilidad de los pilotos, del coche y puede provocar un accidente si éstos no tienen la suficiente pericia como para controlar el vehículo en condiciones de mojado. Si llueve, debido a las altas velocidades que se alcanzan en los óvalos y a la peligrosidad que supone, la carrera se detiene. Puede retrasarse durante minutos, horas, días… o incluso cancelarse.

Una de las ocasiones en las que la carrera tuvo que ser retrasada fue en 1986: la prueba debía disputarse el domingo 25 de mayo, pero fue pospuesta al día siguiente. La lluvia no cesó y tuvo que volver a retrasarse… hasta el sábado siguiente, el 31 de mayo. En 1976 solo se disputaron 255 millas de las 500: la carrera estuvo detenida durante dos horas y cuando estaba a punto de reanudarse empezó a llover con fuerza y se canceló. En 1997 la carrera se pospuso hasta el martes, también por la lluvia. Si la cancelación se produce superadas las 100 vueltas, el resultado se puede dar por válido.

8. Forma parte de la Triple Corona, ¿pero qué es la Triple Corona?

La “Triple Corona” es un reconocimiento que recibe el vencedor de las tres carreras automovilísticas más prestigiosas del mundo: las 24 Horas de Le Mans, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y las 500 Millas de Indianápolis. No hay un trofeo físico conocido como “Triple Corona” y pocos pilotos han estado cerca de conseguirlo.

A lo largo de la historia, solo un piloto ha conseguido la victoria en estos tres legendarios eventos: Graham Hill. El británico ganó el GP de Mónaco de F1 en cinco ocasiones (1963, 1964, 1965, 1968 y 1969), las 24 Horas de Le Mans (1972) y las 500 Millas de Indianápolis (1966). Solo dos pilotos en activo pueden conseguir la “Triple Corona” a día de hoy: Juan Pablo Montoya (ha ganado las 500 Millas de Indianápolis y el GP de Mónaco, pero no las 24 Horas de Le Mans) y Fernando Alonso, a quien solo le falta ganar las 500 Millas de Indianápolis.

9. Pilotos legendarios

Tres pilotos han ganado las 500 Millas de Indianápolis en cuatro ocasiones: A.J. Foyt, Rick Mears y Al Unser Sr. Son los participantes que más veces han vencido en el “Brickyard”. A.J. Foyt es también el piloto que en más ocasiones ha competido en las 500 Millas de Indianápolis: 35. Le siguen Mario Andretti con 29 participaciones y Al Unser Sr., con 27.

Unser Sr. es también el piloto que más vueltas ha liderado en Indianápolis (644) seguido de Ralph DePalma (612), Mario Andretti (556) y Foyt (555). El ganador más joven de la carrera fue Troy Ruttman, en la edición de 1952, a sus 22 años y 80 días de edad. El mayor fue Unser Sr., a sus 47 años y 360 días.

10. Firestone consiguió su 70ª victoria en las 500 Millas de Indianápolis de 2019

Firestone tiene el honor de ser el fabricante de neumáticos más exitoso de la historia de las 500 Millas de Indianápolis. De las 102 ediciones disputadas, Firestone ha ganado 69, o lo que es lo mismo: se ha alzado con el triunfo en un 67% de las Indy 500 celebradas desde la primera edición en 1911. Aquel año, sin ir más lejos, Ray Harroun montaba en su Marmon Wasp neumáticos Firestone.

Harvey Firestone, fundador de la marca, tuvo la genial idea de llevar los neumáticos que fabricaba su compañía a las 500 Millas de Indianápolis. De esta forma ayudaría a los pioneros del automovilismo norteamericano a conseguir la victoria y, al mismo tiempo, promocionaría y probaría sus neumáticos en las condiciones más exigentes.