En Turbo3 somos especialistas en turbos para motores de coches, reparamos y vendemos turbos de primera calidad, somos distribuidores oficiales de Turbos Garrett, turbos Holset, Turbos Schiwtzer, turbos Continental, Turbos Borgwarner, y Borgwarner cooling systems, Turbos Mitsubishi, IHI turbos, PBS Turbo, Turbos Kendrion, turbotechnics y Turbolader, además de suministrar turbos Komatsu y Turbos Toyota.
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Para mantener el turbo en perfecto estado y alargar su vida, nuestros técnicos te presentan una serie de consejos y recomendaciones.
Las 6 formas de proteger el motor turbo de tu automóvil contra el desgaste.Consejos de mantenimiento y consejos de manejo:
1. Mantenimiento regular de aceite
Los sistemas turbo están formados por piezas móviles que giran a velocidades increíblemente altas y funcionan bajo calor y presión intensos. Esto significa que necesitan un flujo constante de aceite de motor de calidad para lubricar la válvula de compresión y los ventiladores de entrada y salida, para reducir el desgaste y ayudarlos a rendir al máximo. El aceite del motor es tan importante que algunos sistemas turbo de alta gama tienen un depósito de aceite dedicado que hace circular el aceite a través del turbo.
Para obtener el mejor rendimiento de un turbocompresor, cambie el aceite al menos cada 5,000 millas, reemplazandolo con un aceite totalmente sintético que sea la API adecuada para el tipo de motor de su automóvil. El manual de su vehículo debe recomendar la mejor opción de aceite para su automóvil. Sino lo encuentra llame al servicio técnico de Turbo3 y l solucionaremos todos los problemas y si es necesario le ayudaremos a elegir un turbo nuevo.
2. Calentar el motor
El aceite del motor se espesa cuando hace frío, lo que significa que no fluye tan libremente alrededor del compartimento del motor. Esto significa que hasta que el aceite se haya calentado y adelgazado, las piezas móviles tienen un mayor riesgo de desgaste, y esto es especialmente cierto para los turbos.
Cada vez que se ponga al volante cuando su automóvil esté frío, tenga en cuenta el tiempo de calentamiento del aceite del motor y cambie su estilo de conducción en consecuencia. Ser demasiado agresivo con el pie derecho ejerce una gran presión sobre la bomba de aceite, que tiene que liberar más presión para hacer circular el aceite espeso a través del sistema. El aceite espeso también es ineficaz para lubricar adecuadamente las piezas móviles, lo que puede causar problemas en el sistema turbo.
Durante los primeros 10 minutos de conducir un automóvil frío, use el pedal del acelerador para limitar la tensión en la bomba de aceite y evitar el desgaste innecesario del sistema turbo. Espere al menos 10 minutos antes de acelerar a fondo, o observe el medidor de aceite cuando alcance su temperatura óptima.
3. No sobrepases los límites del Turbo cuando conduzcas
Tener un sistema turbo en su automóvil puede sonar emocionante, pero a menudo sólo están ahí para compensar la pérdida de energía de tener un motor de baja capacidad, particularmente en los hatchbacks ecológicos modernos. Por esta razón, es importante tener en cuenta los límites del sistema turbo de su automóvil y evitar exagerar al ser demasiado agresivo con el acelerador.
Cuando conduzca su coche por la ciudad o por la autopista, trate de no golpear el acelerador. En cambio, reduzca la potencia lentamente para darle al turbo la oportunidad de comenzar a girar libremente, y use el acelerador con moderación para mantener su velocidad. Si bien los turbos se someten a rigurosas pruebas de esfuerzo y deberían durar toda la vida útil del motor, los episodios regulares de conducción agresiva podrían pasar factura y causar problemas costosos.
Y recuerde: no solo la conducción suave le ahorrará sufrir a su turbo, sino que también le dará una gran economía de combustible.
4. Usa tus engranajes para adelantar
Si bien un sistema turbo le da a los motores más pequeños mucha potencia y torque, aún debe reducir la marcha al adelantar, y no confiar en el turbo para todo el rendimiento acelerado del automóvil.
Ya sea que esté conduciendo por una subida larga, adelantando en una carretera o acelerando hacia el carril rápido en la autopista, cambiar a una marcha más baja es una opción más segura a largo plazo que confiar únicamente en el turbocompresor. Los engranajes se construyeron para ayudar al rendimiento hacia arriba y hacia abajo en el rango de revoluciones, por lo que usar una combinación de cambios de marcha y turboalimentación ayudará a limitar el desgaste sufrido por el sistema turbo.
5. Deje que el motor se enfríe después de conducir
Los turbos producen mucho calor durante la conducción, y si apaga el motor de inmediato, este calor residual hervirá el aceite en el sistema turbo, lo que provocará una acumulación de partículas de carbono que pueden causar corrosión y desgaste prematuro del motor.
Después de conducir, tenga el hábito de dejar el motor en funcionamiento durante un par de minutos al ralentí, lo que enfriará el turbo lo suficiente como para apagar el motor sin cocinar el aceite del motor.
6. No accione el acelerador antes de apagar el motor
Ya sea que esté estacionando o simplemente quiera escuchar el zumbido del turbocompresor, no apriete el acelerador justo antes de apagar el encendido. Al presionar el acelerador, las turbinas giratorias en el turbo giran; cuando se apaga el motor, el flujo de aceite que lubrica estas partes móviles se detendrá, pero las turbinas no dejarán de girar. Esto ejerce presión sobre los rodamientos, causando fricción y una acumulación de calor que puede conducir a una falla en el sistema turbo.
Puede reducir este riesgo siguiendo los consejos del punto cinco: dejar que el motor se enfríe antes de apagar el encendido.
