Evolución de los motores de los coches de carreras

Los coches de carrera han pasado por muchos cambios a lo largo de su historia. Desde la estética y las medidas de seguridad hasta los pit stop, los alerones, la tecnología y mucho más.
En el artículo de hoy vamos a hablar de la evolución y los cambios en los motores.

Los motores de los coches de carreras han variado mucho a lo largo de los años. Las diferentes normativas en los motores han ido causando cambios en las potencias y velocidades de los coches que limitaban su progresión. 

La normativa de las cilindradas (factor determinante en la potencia y el toque que produce un motor) es la que ha sufrido mayores cambios que retrocedía y avanzaba entre años.

A partir del año 2006, el tipo de motor cambió, se despidieron de los motores V10 y se empezaron a utilizar los motores V8. Las principales diferencias fueron el peso y el consumo, pues el V10 consumía entre 80-85 litros a los 100km y el V8 entre 60 y 65. Por otro lado, las revoluciones del nuevo motor se redujeron y, se pasaron de 10 cilindradas a 8.

Además de las cilindradas, en los años 60 se les añadió otra normativa en los motores de los coches de carrera que afectaba a su potencia: la limitación mínima de peso.
Como menor era el peso del motor, mayor potencia podían conseguir, pero los coches eran más inseguros, por esta razón el peso del motor fue aumentando durante el paso de los años.

La normativa era la siguiente:

El año 2006 fue un año significativo ya que con el cambio de motores, las restricciones eran mucho más específicas y no solo se basaban en el peso y las cilindradas sino que se empezaron a poner límites en las revoluciones por minuto del motor (RPM).
Por otro lado, en el 2014 los motores evolucionaron y empezaron a ser híbridos, como siguen siendo hoy en día. En estos últimos años, la normativa de los coches de carreras se ha limitado a todos aquellos elementos que condicionan la capacidad de potencia pues se ven obligados a seguir unos límites que, en caso de infracción, se penaliza.
Esta normativa se basa en las siguientes reglas: solo se pueden utilizar tres unidades de motores de combustión por temporada, tres turbocompresores, dos baterías y dos centralitas electrónicas.

Finalmente, respecto a los cambios en el peso de los motores, en la actualidad hay otra normativa; el piloto también tiene un peso mínimo obligado de 80 kilos, por otro lado, el peso total del conjunto coche/piloto ha aumentado hasta un total de 740 kg.

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